Los extravagantes maniquíes de alta calidad han sido desde siempre un imán y un indispensable para los visitantes del mercado de la moda en la EuroShop, que se celebrará de nuevo del 16 al 20 de febrero del próximo año en Düsseldorf. Precisamente son una herramienta emocional en los escaparates que, a menudo, determinan si un cliente decide entrar o no en la tienda. No obstante, actualmente hay otro aspecto en el foco de interés cuando se trata de los maniquíes: la sostenibilidad. Encontramos diferentes enfoques, desde figuras fabricadas con materias primas sostenibles y reciclables, a la renovación de figuras antiguas que ya no se utilizan. Sin embargo, todavía hay otros factores determinantes que no son tan populares, como trasladar de vuelta la producción a Europa, mejorar la eficiencia en los servicios de transporte o aumentar la vida útil de las figuras.
Hasta la década de los años 30 y hasta los años 50 después de la guerra, los maniquíes se fabricaban en cera o papel maché. Desde entonces, la gran mayoría de las figuras se fabrican en todo el mundo con poliéster reforzado con fibra de vidrio impregnado con resina (PRFV). Las figuras se producen en serie en el Extremo Oriente y, normalmente, se diseñan y perfeccionan en Europa. El plástico reforzado con fibra de vidrio endurecido, según se conoce hoy en día, se considera inofensivo para la salud y el material, biodegradable solo a largo plazo, no cuenta como residuo tóxico.
Sin embargo, se debe tener cuidado durante el proceso de fabricación al tratar resina y fibra de vidrio. Un manejo inadecuado, unas instalaciones de ventilación o filtros insuficientes en las fábricas pueden resultar problemáticos para la salud y contribuir a la emisión de gases de efecto invernadero.
Como alternativa, se han fabricado figuras de polipropileno (PP). El polipropileno no tiene plastificantes preocupantes para la salud y, por lo tanto, se considera menos perjudicial. No obstante, también se utilizan productos químicos en la producción. Las figuras de PP son más económicas, pero en términos de resistencia y detalle son inferiores a las hechas de PRFV. Ambos materiales son reciclables. Definitivamente, los maniquíes no pueden ir al vertedero. El plástico no se descompone como los materiales orgánicos, sino que permanece como basura plástica durante muchas décadas en caso de que no se elimine adecuadamente.
El fabricante italiano Bonaveri se ha propuesto como meta la reducción de las emisiones de CO2 en la producción de figuras. Bajo el lema «Fashion comes and go, but nature will always remain», la empresa lanzó al mercado en 2016 una figura que consistía en un 72 % en un «bioplástico» basado en caña de azúcar: el B Plast®. Además, la figura se pintó con pintura con base de aceite de naranja (B Paint®). El 28 % restante de materia prima consta de plásticos que actualmente son necesarios para la estabilidad. Con esta combinación de materiales, Bonaveri ofrece una alternativa equivalente a las figuras hechas completamente de plástico en cuanto a durabilidad y estabilidad y con un coste adicional de solo un 10 % en comparación con los maniquíes producidos tradicionalmente. Con ello, Bonaveri ya redujo en 2016 sus emisiones de CO2 un 25 % en la cadena de valor añadido total de las figuras. «Y seguiremos trabajando intensamente en la optimización», dice la Dra. Marzia Ricchieri, Business Development Manager. Institutos independientes como el Politecnico di Milano acompañaron a Bonaveri durante el desarrollo, de modo que el ciclo de duración total de la figura está certificado por ellos.
Algunos fabricantes también retiran estas figuras y las eliminan de manera profesional. Otros, ofrecen renovaciones como alternativas a la eliminación y, por lo tanto, recuperan el ciclo de uso.
Andreas Gesswein, propietario de Genesis Mannequins, investiga también desde hace años el campo de la sostenibilidad. Ha fabricado y probado figuras de fibras naturales como lino, coco, bambú, yute, viscosa y fibras de madera. «Ya existiría la figura totalmente compostable, pero los precios y las limitaciones en la resistencia aún no son comerciables», comenta Gesswein.
Transporte contaminante con emisiones
La empresa suaba Vertex, por ejemplo, tiene proyectos concretos para la producción de maniquíes de exposición en Alemania, lo que eliminaría el transporte contaminante con emisiones desde el Extremo Oriente. Pero todavía faltan señales del mercado para pagar el precio de las figuras producidas de forma sostenible.
Andreas Gesswein se ha dejado aconsejar por el instituto Fraunhofer Wilhelm-Klauditz-Institut, WKI, para su trabajo de desarrollo y ellos fueron también los que le demostraron que la fibra de vidrio tiene todavía las mejores cualidades en cuanto a resistencia para la producción de figuras y que se puede reciclar, siempre y cuando los componentes de los maniquíes de exposición se puedan separar el uno del otro limpiamente al llegar al final de su vida útil. Los maniquíes Genesis están hechos actualmente de fibra de vidrio y resina biológica y, además, el recubrimiento de la superficie es de base acuosa. Es importante porque así es posible y conveniente desmontar la figura en sus componentes y reciclarla, a diferencia de una figura pintada en la que el color no se pueda separar del material de base.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta el consumo de energía durante el proceso de reciclaje y considerar la huella de CO2. Los críticos del reciclaje opinan que en este proceso también se liberan cantidades considerables de gases de efecto invernadero. Incluso los avances como las figuras de Bonaveri hechas con cañas de azúcar se pueden criticar con respecto a la adquisición de materias primas. Todos los fabricantes coinciden en un aspecto: falta una legislación clara que obligue a los fabricantes a proporcionar datos comparables de la cadena completa de valor añadido.
Otro de los fabricantes de figuras más famoso es la empresa Moch de Colonia. El productor, con 112 años de trayectoria empresarial, ha establecido la renovación de figuras como uno de sus campos de actuación. Según el propietario, Dr. Josef Moch, es sostenible porque es duradero y, por lo tanto, de alta calidad. «La verdadera sostenibilidad se consigue al no utilizar recursos», según Moch. «Una posibilidad es la renovación de maniquíes usados. Para nuestros clientes, es una solución atractiva en cuanto al precio y moderna. Además, creamos así puestos de trabajo».
Una nueva vida
Los maniquíes pueden seguir cumpliendo su función durante 20 años más con nuevas caras y pinturas. Moch Figuren ha hecho posible que cientos de maniquíes tengan una «nueva vida». Se pueden encontrar en las cadenas de tiendas en toda Europa. Moch evita los viajes en vacío en la recogida y entrega gracias a una buena planificación y cooperación con sus competidores.
Sin embargo, puede que el balance ambiental de la reutilización y renovación de los maniquíes de exposición sea tan complejo y desafiante como la evaluación de los procedimientos de producción y reciclaje.
Los maniquíes Genesis duran de 10 a 20 años, declara Gesswein, dependiendo de cómo los trate el usuario. Aunque el diseño de la figura está sujeto a la moda. «En el caso de marcas muy activas y que siguen la moda, una figura se usará en el área principal durante tres o cinco años», dice Andreas Gesswein.
Danny Bonami, propietario del fabricante belga con el mismo nombre, se centra en la intemporalidad del diseño y, por consiguiente, en la longevidad de sus figuras. Ofrece al cliente que pueda usar sus figuras a largo plazo con un diseño intemporal. Las caras magnéticas intercambiables permiten, además, cambiar el aspecto rápidamente.
Los maniquíes en el mercado de la moda son irreemplazables, opina Karin Wahl, entrenadora en Visual Merchandising: «Lo primero que ve la gente en la figura es cómo queda la ropa». Los maniquíes tienen, así, un lugar fijo en el comercio y se pueden ver claramente los esfuerzos de los fabricantes para implementar soluciones de producción sostenibles. Para ello, siguen enfoques diferentes. Debido a las difíciles condiciones, como la falta de legislación mencionada anteriormente, no se pueden mostrar en la actualidad soluciones fáciles y completas sobre el tema de la sostenibilidad.
«Si pensamos en una marca que tenga, por ejemplo, 100 tiendas y que en cada tienda haya 5 figuras, la suma es de 500 figuras fabricadas en plásticos basados en petróleo», comenta la Dra. Ricchieri. «Hay que explicar a los clientes la importancia de las figuras sostenibles». Bonami ve esto como una tarea importante en la que se invierte mucho. Por eso, no sorprende que Bonami dedique un área al «tema verde» en su stand en la feria.
La EuroShop 2020 abarca una superficie de unos 127 000 m² netos en dieciséis pabellones y estará abierta para visitantes profesionales desde el domingo 16 hasta el jueves 20 de febrero de 2020, todos los días de 10 a 18 h. El pase de un día cuesta 80 euros (60 euros en la venta anticipada online [entrada electrónica]), el pase de dos días, 120 euros (100 euros en la venta anticipada online) y el pase permanente, 180 euros (150 euros en la venta anticipada online). Las entradas incluyen el desplazamiento gratuito de ida y vuelta a la EuroShop en los medios de transporte del VRR (Consorcio de Transportes del Rin-Ruhr). www.euroshop.de
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